Hasta la muerte está ahora en entredicho. Después de ser declarado muerto y de pasar 15 horas en la morgue a -12ºC, un bebé en China despertó cuando estaba a punto de ser incinerado.
El personal de la funeraria escuchó los sollozos del pequeño, al que ya se conoce como «el milagro de An An», y, de inmediato, lo trasladaron hasta el hospital, en cuya unidad de cuidados intensivos ahora mismo se recupera, tal y como recoge 'Daily Mail'.
El estado del bebé, nacido prematuramente en Jinhua el pasado 8 de enero, con 1,38 kilos de peso, empeoró cuando después de 23 días en la incubadora sus padres decidieron llevárselo a casa para celebrar el Año Nuevo chino. Dos días después, el pequeño entraba en parada cardiaca y fallecía.
Por fortuna, se produjo «el milagro de An An» y el pequeño podrá volver de nuevo a casa.
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